Conoce al equipo de profesores de yoga

 

 

Todos forman el equipo de profesores certificados en yoga, del centro Holos.

 

Ivanna Bertullo (Montevideo, Uruguay 1978), practica yoga desde los 9 años. Es licenciada en Educación Física y Deportes. Formada según la tradición Iyengar, estilo que imparte en Holos desde el año 2017.

 

Montse García (Tarragona 1962), máster en PNL (Programación Neuro Lingüística), maestra de Reiki, formada en Hatha yoga y yoga terapéutico, profesora de yoga 5 Elementos, desde 2015.

 

Maki Osedo (Hiroshima, Japón 1976), experta en comunicación multilingüe (inglés y español), formada en el Japón, Alemania, Vietnam e India, profesora Hatha yoga, desde el 2021.

 

Enoc Martínez (Igualada, Barcelona 1989), formado en Yoga Iyengar y miembro del AEIY (Asociación Española de Yoga Iyengar), practicante de meditación Vipassana según la tradición de S.N. Goenka, e imparte clases en Holos desde el año 2021.

 

 

Exactament no lo decidí “conscientemente”. Yo empecé a ir a clase por recomendación de un amigo. Y con el tiempo, sentí que la práctica me ayudaba en diferentes aspectos de mi vida, tanto físicos como emocionales.

 

Esto hizo que quisiera ir profundizando cada vez más, tanto en la práctica de las posturas, la respiración… cómo en otras vertientes del yoga, como el filosófico.

 

Llegado un punto me sorprendí practicando cada día.

 

Entonces fue cuando mi profesor me propuso si quería dedicarme a enseñar. Aquello me chocó, de hecho no me lo había planteado, pero, madurándolo pensé que podía ser una buena idea y me tiré de cabeza. Entonces fue cuando hice la formación en yoga Iyengar en Barcelona con Jordi Martí.

 

Y lo acerté de pleno, porque actualmente, para mí la enseñanza y la práctica de yoga son mi vida.

 

En cuanto a la segunda cuestión, te diré que escogí el método de yoga Iyengar, porque creo que una de las grandes aportaciones de BKS Iyengar al mundo del yoga fue conseguir que dentro de la práctica de todas y cada una de las asanas puedas encontrar concentrada, casi toda, la sabiduría milenaria de esta ciencia.

 

 

Yo era una niña hiperactiva y muy sensible, el mundo exterior me alucinaba, tenía mucha alegría y entusiasmo, pero una atención tan dispersa que me impedía parar de moverme y tampoco conseguía centrar mi atención en nada.

 

Me iba fatal en la escuela, quería hacer danza clásica, pero no me aceptaban por falta de disciplina.

 

Un día mi madre me llevó a las clases de yoga donde ella iba. La profesora me dijo, ”tú harás la clase con ojos cerrados, los abres para ver la postura y después los cierras para hacerla”.

 

Aquel día cambió mi vida y mi percepción del mundo. Mis sentidos se dirigieron hacia mi interior. Aprendí focalizar la atención y a potenciar la concentración.

 

En pocos meses mis notas mejoraron y poco a poco aprendí a canalizar mi energía hacia donde yo quería o necesitaba.

 

Después de muchos años de practicar Hatha yoga, empecé a sentir molestias en las lumbares especialmente durante la menstruación, entonces me dediqué a estudiar e investigar diferentes métodos y escuelas de yoga. Hasta que encontré la escuela y método Iyengar.

 

 

La diferencia entre esta escuela y otras es que focaliza la atención en la correcta alineación de las posturas, respetando la biomecánica del cuerpo al mismo tiempo que trabaja la percepción y concentración en éstas.

 

Esto desarrolla la inteligencia corporal y despierta toda la capacidad de nuestro cuerpo.

 

Literalmente el Yoga Iyengar refuerza las raíces de nuestro ser, para que las ramas, hojas y frutos de nuestra conciencia crezcan hasta el infinito o hasta donde cada uno elija, con una base profunda y sólida.

 

 

Antes de llegar a Tarragona tenía una vida muy estresante.

 

Trabajaba a una oficina en Alemania y no tenía tiempo para estar conmigo misma. Todo era trabajo, dolores de cabeza, nervios, ansiedad… Necesitaba hacer un cambio, dar un nuevo sentido en mi día. Encontrar tiempo para mí, y no solo para descansar, sino para centrarme y disfrutar del trabajo.

 

Me formé como profesora de yoga en el Instituto de Yoga y Salud de Colonia, con el reconocimiento de Yoga Alliance 200 y BYY e.V. 250 (Asociación Profesional de Yoga Preventivo y Yoga Terapéutico en Alemania).

 

Al llegar a Tarragona, empecé a hacer de voluntaria para Oxfam y una formación como profesora de deportes en Cataluña, y como que necesitaba hacer prácticas, busqué un centro que encajara con mi visión e inquietudes. Tuve la suerte de encontrar el centro Holos y de poder empezar a trabajar con ellos.

 

Por otro lado, lo más importante a transmitir en una clase de yoga es facilitar las herramientas para que cada alumno/a, a su ritmo, encuentre el tiempo y la manera de conocerse bien en sí mismo/a, en su propio cuerpo, las reacciones de su mente… Esto le permite estar más cómodo y a gusto consigo mismo/a y disfrutar más de la vida.

 

 

Pasé un periodo de insatisfacción interna y externa, nada me aportaba bienestar ni tranquilidad, casi todo era estrés, prisa, dudas y decepción.

 

A partir de aquí mi intención hacia el cambio fue directa y clara, me cuestioné como podía estar más tranquila, más calmada, en definitiva, en paz. Así el yoga apareció en mi vida como una respuesta a la misma insatisfacción pero de apertura a una nueva manera de hacer y vivir.

 

La práctica de yoga me ha aportado aquella Paz, Serenidad y Calma que se necesita para vivir satisfecho en todos los niveles, tanto físico como mental y anímico. Ahora me puedo considerar una persona sana y feliz.

 

Y en cuanto a la segunda pregunta, te diré que este tipo de yoga te abre a conocer que el cuerpo está formado por 5 elementos Tierra, Agua, Fuego, Aire y Éter. Elementos que también se encuentran en la Naturaleza. Y a través de su práctica (mediante las posturas, la respiración y la atención), conduces tus sentidos hacia el interior y así conectas y reconoces las propiedades de cada elemento.